Prevención del consumo de alcohol y drogas

Cuidando al factor humano

No abordar el potencial consumo de sustancias prohibidas o riesgosas por parte del
personal puede ser una bomba de tiempo de graves consecuencias en la industria del transporte. Existen instancias de apoyo para desarrollar planes preventivos y, al mismo tiempo, respetar la privacidad de los trabajadores.

Una Política de Prevención de Consumo de Alcohol y Drogas debe formar parte del Reglamento Interno de la compañía.
Debe cumplir con varios requisitos como salvaguardar la privacidad del empleado y establecer criterios no discriminatorios en su aplicación.
Empresas de transporte han internalizado y llevado con éxito este tipo de iniciativas por el alto impacto para la empresa y la sociedad de un accidente inducido por el consumo de sustancias prohibidas o riesgosas.

Lo que dice la Dirección del Trabajo
1.- Las obligaciones y prohibiciones que justifican el control en materia de drogas y alcohol debe contenerse en el Reglamento Interno de la empresa.
2.- Estas deben explicitar cuál es el procedimiento específico de control empleado en materia de test de drogas y alcohol.
3.- Toda documentación al respecto debe estar en español.
4.- Explicitar qué tipo de drogas serán objeto de dicho control.
5.- Las obligaciones y prohibiciones en materia de consumo de drogas y de abuso de alcohol debe circunscribirse a las labores, permanencia y vida en las dependencias de la empresa.
6.- Las normas deben respetar las exigencias del juicio de proporcionalidad, esto es, deben ser idóneas, necesarias y proporcionales.

El desarrollo tecnológico ha permitido que las marcas de camiones y buses incorporen sistemas especiales de frenado, además de dispositivos que alertan ante casos de somnolencia, salida del carril e, incluso, frenan automáticamente el vehículo al enfrentar un obstáculo en la ruta.

No obstante, el conductor continúa siendo un factor fundamental para garantizar que el viaje se realice sin contratiempos.
Según antecedentes del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del
Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) el consumo de sustancias ilícitas ha ido creciendo al nivel de transformarse en un tema de salud pública.
Por ejemplo, en 2011 el 15% de los estudiantes reconoció haber probado la marihuana, lo que subió al 30% el 2013. Si bien, es más difícil obtener estadísticas en el ámbito laboral, según el Senda el mayor consumo de drogas y alcohol se da entre los jóvenes-adultos (19 a 35 años)
Alerta en la ruta
No existe el mismo riesgo si un oficinista consume droga a si lo hace un conductor que lleva 45 toneladas en la espalda o traslada a decenas de pasajeros.
Accidentes recientes han llevado a que muchos transportistas empiecen a preocuparse de este tema que, hasta ahora, se ha desarrollado en sectores con altos estándares de seguridad, como la minería.
“Habitualmente es el mandante el que dispone condiciones de contar con una Política de
Prevención de Consumo de Alcohol y Drogas (PPCAD) por parte de sus proveedores y estos terminan por internalizarla”, apunta Arturo Cares, gerente de Prevención de la ACHS.
Según indica el profesional, el primer gran paso es darse cuenta que es una necesidad de toda empresa, grande o pequeña, asumir que nadie está a salvo de este flagelo. Además, es fundamental contar con la integración de la fuerza vivas (trabajadores, ejecutivos, comités paritarios y sindicatos) en la implementación de un política de este tipo en el Reglamento Interno de la compañía para que sea asumido como un aporte y no una persecución y, además debe cumplir con una serie de requisitos. (ver recuadro)
“Yo no puedo disponer a dedo a quiénes voy a realizarle, por ejemplo, un test de drogas, sino que deben estar establecidos los protocolos que garanticen que es aleatorio e igualitario para todos los funcionarios”, agrega el profesional de la ACHS.

De inmediato surge la duda de cómo puedo implementar una PPCAD si no tengo la experiencia o los recursos para ello.
Al respecto, junto a la labor que puedan realizar las mutuales, a nivel del Estado, el Senda cuenta con iniciativas que guían y ayudan al respecto.
El programa Trabajar con Calidad de Vida es un plan de dos años orientado a prevenir el consumo de drogas y alcohol al interior de las organizaciones laborales.
Por su magnitud está enfocado en empresas medianas y grandes. Se analizan los temas a mejorar al interior de la empresa que den un mayor bienestar, se ofrecen talleres de capacitación a actores claves (jefaturas, prevencionistas de riesgo, integrantes de comités paritarios y encargado de RR.HH., etc.) e incluso se aborda el entorno familiar de trabajador.
“En el caso de transporte, por ejemplo, tienes el elemento de los turnos y una persona puede consumir algún medicamento no prescrito para él para no quedarse dormido y ese

evaluación a la Mutual de Seguridad para asegurar la no presencia del hábito en su vida cotidiana. Todo de forma confidencial y también se hace una charla a todo el personal para difundir esta inaceptable práctica”, detalla Ricardo Alcaíno, gerente de esta agrupación.