Dicen que la suerte es azarosa, que no depende de nosotros, pero hay veces en que se confabula con otros factores y se convierte en logros y satisfacciones… o derechamente en éxito.

Así lo ha comprobado Aquiles Albornoz, presidente ejecutivo del Holding Starclutch, quien, a más de dos décadas de creada su empresa, analiza su trayectoria. “Tuve la oportunidad de ser gerente de dos grandes  empresas de repuestos en Chile y cuando yo me retiré fundé esta compañía. Se me dieron varias oportunidades: era un hombre joven, cercano a los 40, tenía la fuerza y el expertise”, explica. Con la experiencia adquirida de pasar de vendedor a gerente, y el apoyo incondicional de su familia y esposa, exploró las instancias minoristas y mayoristas, hasta que descubrió que había una tercera opción: llevar el mesón directamente a la faena. Así creó una fórmula innovadora: importar y vender directamente a sus clientes empresa. Tuvo que superar las barreras porque para hacer ese negocio había que tener capital, camionetas y los vendedores tenían que ir a atender directamente al cliente. La operación era cara pero permitía llegar con todos los productos directamente a quiénes los consumían.

Hoy, instalado en su casa matriz de más de 40 mil mt2, donde se  concentran toda la operación de la compañía: Importación, Ventas, Logística y Servicio mecánica, ha podido enfocar y dirigir la operación global.

Aquiles Albornoz junto a su hija Javiera, Directora Comercial de la empresa.

Esencia Starclutch

Detrás del negocio hay un fuerte sentido de la responsabilidad: se posicionan como socios estratégicos de sus clientes, los que, a su vez, son esenciales para el funcionamiento del país. Son proveedores de equipamiento para el Sistema RED, recolectores de residuos, flotas de camiones de construcción, y transporte de pasajeros, por nombrar sólo algunos.

Por eso, su sello está en brindar soluciones integrales a los clientes, teniendo la capacidad de asegurarle disponibilidad, la garantía, respaldo y el conocimiento.

Para graficar la evolución que han enfrentado en los últimos años, Aquiles Albornoz lo ilustra con una metáfora: “De ser vendedores de crema para las arrugas,  pasamos a vender insulina. Necesitamos tener el repuesto inmediato porque somos esenciales”.

Hay un sentido de urgencia en su trabajo: “sabemos que nuestro cliente no puede perder un día, cualquier atraso significa pérdida para nuestros clientes, por eso la importancia en la disponibilidad”, enfatiza el presidente ejecutivo de Starclutch.

 

Enfocados

“Las grandes compañías nos eligen en vez de ir a comprar a un mesón, porque esa persona te puede ofrecer un embrague así como una pastilla de frenos, un espejo o un aromatizador. Nosotros vendemos solamente embragues y frenos; somos expertos en eso”, ejemplifica.

Como filosofía, se definen como una empresa B2B, que se relaciona directamente con el consumidor final; sin pasar por otros distribuidores. “La empresa de transporte trabajan el 18 de Septiembre y en Año Nuevo y para nosotros es normal; si hay que abrir las bodegas, las abrimos. Siempre he sido de la idea que uno debe tener un foco, especialmente en estos tiempos tan difíciles donde su ausencia te hace vulnerable. Nosotros siempre hemos tenido claro nuestro negocio, pudimos vender neumáticos, turbos, parabrisas, accesorios… Pero lo nuestro son embragues y frenos”.

El ser especialistas les ha permitido ganarse la confianza de las grandes marcas de los productos que venden, por lo que se han convertido en distribuidor oficial: Luk, Sach, Meritor y Alliance confían plenamente en Starclutch.

“Me atrevería a decir que somos la única empresa que distribuimos todas las marcas directo de fábrica, lo que es muy inusual porque evitan vender a quien distribuye a su competencia, pero, dada nuestra especialización, lo hacen. Obviamente que los primeros cinco años nos costó, pero hoy lo conseguimos”, relata orgulloso.

“Incluso, con Meritor somos partner services. El primer puesto de servicio que instalaron en Sudamérica fue Starclutch. Ahora somos partner service de Wabco para toda la línea antivuelco de las ramplas; tuvimos que mandar a nuestros técnicos a estudiar a su universidad en Brasil, comprar los software y todo lo que conlleva tener esta representación”, cuenta.

Aquiles Albornoz enfatiza el punto: “El cliente que busca seguridad y especialización para desarrollar su negocio; nos prefiere porque sabe cuál es la seriedad y el respaldo, no sólo financiero sino en términos de conocimiento que ofrecemos”.

 

Al futuro

Si bien, hoy el negocio sigue siendo embragues y frenos, y va a seguir siendo, una nueva forma de trabajo,  ha ido tomando el timón de la empresa, imprimiendo su sello. Javiera, su hija, y hoy,  Directora Comercial, se sumó hace diez años y ha incorporado cambios con miras a sustentar Starclutch por muchos años más. Desde la implementación de la ISO 9001, la incorporación de nuevas tecnologías SAP  y la continua  preocupación por una operación más sustentable. 

“Tenemos un concepto ecológico en nuestro ADN, porque aplicando conocimiento y tecnología, podemos re-manufacturar conjuntos de embragues con toda la garantía de seguridad que implica y lograr así una segunda vida útil”, explica Aquiles Albornoz.

Y en este desafío de proyectarse al futuro, Aquiles cuenta con un equipo de profesionales comprometidos con la eficiencia, y el cuidado del capital humano; muchos de estos colaboradores están desde el comienzo de la empresa, trabajando juntos, como una gran familia.

“Esta segunda etapa, y el compromiso de nuestro equipo, nos da la fuerza para mejorar nuestra operación y participar en nuevos desafíos de la industria”, confirma el creador de un revolucionario concepto de venta de repuestos para el transporte, que hoy sigue vigente y pensando con qué más sorprender al mercado.