Hace 70 años apareció en escena una de las mayores revoluciones que recuerde la industria automotriz del siglo 20: la suspensión hidroneumática, que marcó un antes y un después en materia de confort y estabilidad dinámica.

Si bien la mayoría de la gente piensa que esta tecnología debutó en el mítico DS en 1955, lo cierto es que Citroën la estrenó un año antes, en el eje posterior del Traction Avant 15 Six H. Se trataba de una versión más sofisticada del emblemático modelo nacido en 1934, y que también dio vida a otra revolución de Citroën: la tracción delantera.

El estar en su fase final de producción y ser una edición exclusiva hizo que pocos recuerden al Traction Avant 15 Six H y, en cambio, todos vinculen la suspensión hidroneumática al mítico Citroën DS, uno de los autos más innovadores del siglo pasado.

Pero ¿qué era la suspensión hidroneumática y por qué fue tan revolucionaria?

Diseñada y desarrollada por Paul Magés, un hombre que ya había brillado años antes con su trabajo en el chasis del 2CV, la nueva suspensión hidroneumática proponía separar el aire y los fluidos (aceite) y gestionarlos individualmente a través de un circuito hidráulico que alimena, además, la dirección asistida y los frenos.

Todo partía de esferas en lugar de amortiguadores convencionales, las que ponían en contacto el nitrógeno a alta presión con el aceite del circuito hidráulico mediante una membrana flexible. Así, cuando el vástago del amortiguador comprime el nitrógeno que hay en la cámara superior de la esfera, éste hace las veces de un muelle o espiral consiguiendo distintos niveles de amortiguación.

Para cada eje, además de la esfera correspondiente a cada rueda, había una tercera esfera adicional que actuaba como un acumulador, y que estaba interconectada con las otras dos esferas por medio de una electroválvula de control. Para un manejo más confortable, las esferas de cada rueda se conectaban con esta esfera adicional, de forma que el aceite pudiera fluir hacia ella para aliviar la presión, dando lugar a un tarado de suspensión más blando. En cambio, para un manejo más deportivo, esa electroválvula aislaba las esferas de cada rueda, quedando incomunicadas entre sí y consiguiendo así un tarado más firme.

Esta transición de un modo a otro se realizaba de forma automática y en apenas unas centésimas de segundo.

Citroën conseguía que su sistema absorbiera las imperfecciones del camino con efectividad y, de paso, mantuviera nivelado el auto, ofreciendo un confort sin igual y una alta estabilidad dinámica, en vehículos que en aquella época no contaban con suspensión independiente en las cuatro ruedas.

Cuenta la anécdota que impresionado con el funcionamiento de esta tecnología, los ejecutivos de Rolls-Royce intentaron comprar la patente de la suspensión hidroneumática para aplicarla a sus elegantes berlinas, a lo que Citroën se opuso, y luego decidió desarrollar sus propios amortiguadores hidráulicos, lo que acabó en un estrepitoso fracaso.

El Citroën DS diseñado por Flaminio Bertoni fue presentado en 1955 con suspensión hidroneumática en las cuatro ruedas, y recibió 12 mil reservas en apenas su primer día de exposición. Más de un millón de unidades se vendieron hasta 1975.

Fue el inicio de una larga zaga de vehículos equipados con esta suspensión adaptativa que ofrecía un manejo con “efecto alfombra mágica”.

Tras el DS llegó el ID, una versión más accesible del DS que mantuvo como diferencial los amortiguadores hidroneumáticos, y para 1970 se presentó el espectacular SM, que diseñado por Robert Opron y desarrollado en colaboración con Maserati, se ofreció con motor V6 y, por supuesto, una más avanzada suspensión hidroneumática.

Los míticos Citroën GS (1970), CX (1974), BX (1982) y XM (1989) utilizaron este mismo sistema, con las mejoras propias del paso de los años, pero no fue hasta el Xantia Activa de 1995 cuando apareció la suspensión Hydractive, un sistema hidráulico que sumaba barras estabilizadoras, consiguiendo eliminar prácticamente todos los balanceos de carrocería.

El Citroën C5 de 2001 hizo debutar el sistema Hydractive 3, que incorporaba regulación electrónica. La segunda generación de este modelo y el nuevo C6 fueron los últimos Citroën en utilizar la suspensión hidroneumática, dejando de ofrecerse en 2017.

Hoy, el “efecto alfombra mágica” de Citroën se mantiene inalterable a través de los innovadores Amortiguadores Progresivos Hidráulicos, disponibles en prácticamente todos sus modelos en Chile.

 

La marca Citroën

Desde 1919, Citroën crea vehículos, tecnologías y soluciones de movilidad para responder a las evoluciones de la sociedad. Marca audaz e innovadora, Citroën sitúa la serenidad y el bienestar en el centro de su experiencia cliente y propone una amplia gama de modelos, desde el único Ami, objeto de movilidad eléctrica pensado para la ciudad, hasta las berlinas, SUV y vehículos comerciales, la mayoría de ellos disponibles en versión eléctrica o híbrida enchufable. Marca pionera en servicios y en atención a los clientes particulares y profesionales, Citroën está presente en 101 países y dispone de una red de 6.200 puntos de venta y servicios en todo el mundo.