Luciano Bohme partió con una maestranza, pero visualizó el atractivo del negocio de las grúas de alto tonelaje y la necesidad de contar con camiones 100% disponible para su traslado. En Man encontró un perfecto aliado.

Luciano Bohme pertenece a esa categoría de personas que tiene una visión panorámica para enfrentar los negocios, entendiendo, al mismo tiempo, que los detalles marcan diferencias.
Bajo esta premisa ha ido evolucionando en las distintas áreas de trabajo en las que ha incursionado.
A fines de los ’80 aprovechó el boom de las pesqueras en la zona sur para desarrollar su maestranza que fabricaba grandes equipamientos para este rubro.
“Era una época en la que ni pedían los presupuesto, lo importante era tener todo instalado lo más rápido posible, porque había que producir”, recuerda.
Aquí se le empezó a abrir el campo de visión, porque siempre tenía problemas para poder conseguir grúas para armar los equipos.
“Tenías que pagar en forma inmediata y muchas veces no había disponibilidad y no podías sostener un sistema donde tenías paradas a más de cien personas esperando diez días una grúa”, complementa a RevistaT este empresario asentado en sus instalaciones ubicadas camino a Coronel, en la Región del Biobío.
Esto coincidió con una baja en la faena pesquera, y que el rubro de la maestranza se puso muy competitivo, así que apostó por enfocar su negocio en el arriendo de grúas. Y la suerte le sonrió de inmediato.
Compró una grúa usada, la empezó a ofrecer a sus contactos y la arrendó apenas le llegó. El problema fue que dos clientes a los que debía responder sí o sí, requerían ese servicio.
“Me la jugué y fui donde el proveedor y le dije que necesitaba otra grúa, pero no tenía para el pie. Y logré convencerlo, así que en menos de una semana tenía las dos grúas de 20 toneladas con contratos largos en el puerto de Coronel y en Masisa”, apunta Luciano.

Camiones
A medida que fue creciendo enfrentó otra dificultad en la cadena, necesitaba camiones para mover las máquinas y la respuesta que tenía de sus prestadores de servicio no siempre fue la mejor.
Partió con un camión usado, pero al poco tiempo, bajo esa mirada panorámica, se dio cuenta que debía apostar a algo mejor.
“En Europa había visto que usaban los camiones Man para cargas pesadas y sobredimensionadas y, me dije que si tenía que comprar un camión, debía ser Man. Además, muchos de los proyectos ocupan equipamientos de Europa, como en los campos eólicos, así, cuando me visitan, ven que trabajamos con lo mismo que están acostumbrados allá”, enfatiza.
Y en este punto, se da un factor que muchos transportistas quisieran. “A mí me vienen a buscar, es muy raro que ande yo buscando pega. Si la gente ve mis camiones y equipos impecables en la carretera. Hasta los neumáticos los lustramos. Además, tenemos un excelente desempeño y contamos, por ejemplo, con mejor calificación que muchas empresas que llevan muchos años en el ámbito de la minería”, indica Luciano Bohme.
Así ha expandido su área de trabajo que abarca todo el país, pero con énfasis en el Biobío y alrededores, y el mundo minero del norte.
“Cuando llegó el vendedor de Man le dije que necesitaba un camión que llegara a Bolivia, descargara y estuviera disponible para volver y hacer otra vuelta. Que no me fallé es fundamental”, explica.
Eso ocurrió el 2010 con su primer 26.440. Hoy su flota es de ocho camiones, de los cuales dos son 41.540, que, orgullosamente, dice son los únicos en Chile.
No es para menos, porque debe cargar grúas que superan las 100 toneladas, con un equipo de lastre de 18 toneladas y “no solo debe tirar ese peso, sino que llegar bien a cualquier lado y hay caminos a las faenas que son muy complicados”, indica.
A estos vehículos suma 35 grúas que van desde las 20 a las 300 toneladas. Para mover estás últimas, no es menor la logística y preparación que requiere una caravana bien coordinada, donde ningún camión puede quedar rezagado por temas mecánicos.

Recuperación
Si bien la magnitud de su flota de camiones y grúas refleja que tiene una empresa consolidada y con alto prestigio, la ruta no ha estado exenta de dificultades. Dada la disminución o lentitud en las operaciones de distintas áreas de la economía entre el 2014 y el 2018, ha debido enfrentar procesos donde le han pagado con retraso por sus servicios o, definitivamente, no lo han hecho.
Pero eso no lo complica, vivió un proceso de reestructuración y siente que vendrá un nuevo impulso en el cual lo ayudará su hijo Richard, quien ha asumido un creciente rol en la empresa.
“Quiero comprar seis ejes más del equipo modular y con eso aumento la capacidad de carga a 150 o 180 toneladas y voy a necesitar otro Man que, si necesito, pueda llegar a Potrerillos con esa carga. Nadie me ha venido a contratar esa pega, que es como un sueño que tengo, pero hay que estar preparado, porque la cosa va a mejorar”, concluye como un profeta Luciano Bohme.